jueves, enero 11, 2007

Cosas que pasan

Estoy tan liado últimamente que a las noches me tengo que organizar para que el día siguiente tenga tiempo para hacer todas las cosas que quiero. La culpa de todo este ajetreo es que me ha llamado T, la traductora de libros a la que ayudo habitualmente para echarle una mano en el libro en que está traduciendo. Lo hago encantado, a pesar de que me roba muchísimo tiempo. No todo va a ser vida rabanera. Pero organizándome bien todo se puede ir llevando.
Lo que es difícil de llevar es el paripé que se trae C. La noche de reyes quedé con ella. Era nuestra cuarta cita y sinceramente no me esperaba que ocurriera nada “extraordinario”esa noche después de lo que había pasado la vez anterior. Pero cuando apareció en el local en donde habíamos quedado con ese pantaloncito vaquero ajustadito y esa blusita con un escote donde se podían adivinar perfectamente el tamaño y la forma de sus tetas con sus respectivos pezones de ojo pequeño no me pude resistir y decidí ir de nuevo a por todas. A media noche todo estaba saliendo perfecto. Habíamos bailado, reído, bebido unas cuantas copas y nos habíamos comido el morro a gusto. En el coche de camino a su casa se mostró muy cariñosa y subiendo las escaleras de su portal en mi cabeza ya me imaginaba siguiendo un sendero de pétalos y velitas por su casa hasta llegar a su cama en donde ella estaría esperándome en una posición super sensual, con una lencería preciosa y oferente y ronroneando como si fuera catwoman en celo.
Cuando entramos en su casa nos fuimos directamente al sofá, y cuando ya la tenía en mis brazos me dice:
-¿quieres un café?
-en estos momentos lo que quiero no es precisamente un café……le susurro mientras le comía la orejita.
-pues yo me voy hacer uno. Y se pira para la cocina.
El mito que yo había imaginado subiendo por las escaleras empezaba a resquebrajarse, y acababa de caer al suelo rompiéndose en mil pedazos la parte del ronroneo.
Nos tomamos el café y después de unos minutos de abrazos, caricias y besos en el sofá le digo:
-¿no estamos un poco incómodos en el sofá?
-tienes razón,¿quieres venir a la cama?
-si, vamos.
-pero sólo a dormir, me dice ella.
En ese momento pensé que lo decía irónicamente y me encantó.
En la habitación ella se desnudó en el lado izquierdo de la cama y yo en el derecho. Bueno, el único que me desnudé fui yo, porque ella se metió en la piltra con el tanguita, el sujetador…y una camiseta que pilló del armario.
Acababa de caer al suelo otro pedazo del mito, el de la lencería preciosa y oferente.
Lo que pasó después fue un sin vivir. Sólo me dejó jugar con el dedo en su clítoris, sobarle el culo y chuparle las tetas, que con lo desesperado que andaba me las comí como si en vez de pezones tuviera grifos de vermú. No me quiso comer la polla ni tirarme una mísera paja. Y encima me llamó pulpo.
Cuando marché de su casa, el sendero de pétalos y velitas se había convertido en luces luminosas de emergencia que te indican la salida en caso de siniestro.
La muy cabrona me dejó igual que una botella de cocacola agitada durante cinco horas con la chapa puesta.
Esa misma tarde llamé a la divorciada con dos churumbeles, aprovechando que le tenía un regalito de reyes para que se viniera a cenar a casa. Cuando se marchó lo hizo con unos pendientes nuevos en sus orejitas y el potorro todo escocido.
Estos días pensaré que coño hacer o no hacer con C………..

6 Comments:

Blogger Irene said...

Hola Paco! Debo de estar muy enganchada a ésto de los blogs porque mi comentario suele ser de los primeros.
Empiezo a entender como piensan los hombres y como piensan las mujeres gracias a tu blog.
Realmente es diferente como pensamos. Los hombres realmente tenéis razón, ahora que lo estoy viendo bajo tu perspectiva.
Si una mujer se acuesta con un hombre medio en pelotas, que no se extrañe de que el hombre quiera sexo. ¿Pulpo? Es normal que suba el rabito en estos casos y que te lances.
C es un poco mística. Cree que puede irse a la cama con un chico y solo dormir. Las mujeres a veces pecamos de ingenuas. Más lencería, más sexo y menos dormir jejeje

4:00 a. m.  
Blogger Paco Rabané said...

Ahí estás tú Irene!!
Más lencería!! más sexo!! menos dormir!! menos prejuicios!! más partes del cuerpo abiertas a todo lo bueno que pueda entrar en ellas!!......(y aunque no te lo creas en parte me refiero a la cabeza);-)
Un beso darling.

4:20 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hola Rabané!

Yo creo q C tiene q estar muuuuy buena, o gustarte mucho por otros motivos(a lo mejor porque es dura de pelar)...

Pero vamos, que a mí me parece que es un jueguito que a ella parece gustarle, supongo que no le queda mucho para "caer"...

Anyway, yo la mandaba a tomar viento, q uno también tiene su orgullo (y su pilila), y un tio rabanero como tú no tiene necesidad alguna de estar mendigando una mamada.

Ella se lo pierde, que hay que madurar un poco. Una cosa es que el rejoneo previo te guste y otra es el no por el no o retrasarlo porque sí.

Jaja! Hasta me he indignado leyendo el post, será por mi falta de experiencia en el tema. Jaja! Dios le da pan a quien no tiene dientes.

Un abrazo,

Álvaro

5:22 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Uyyy, una que se te resiste. Paco, o has perdido ese "punch", o has encontrado la horma de tu pol.. ejemm, de tu zapato.

Saludos desde las tierras altas de UnoQuePasabaPorAqui.

6:01 p. m.  
Blogger Sir Alsen Bert said...

La próxima vez y en la misma situación tócale las orejas y dile que las tiene frías mentras le susurras un "abrigate, nena".
Y sin pensártelo dos veces te das media vuelta y le paladeas, desde tu lado, opuesta a ella: bu-e-nas no-ches princesa, aquí está tu príncipe si necesitas algo.

Si te da resultado me lo dices, jajajajajajajajajaja.

Saludos, gachó.

Firmo como Alsen Bert pero tú sabes que soy Silvio Gnisci Morgach.

1:16 a. m.  
Blogger Silvio Gnisci Morgach said...

Anda, cuéntanos, ¿Te han pedido alguna vez dibujar un cordero bajo el ombligo? Jeje.

(Respuesta que te he dado en mi blog)
Saludos, quillo.

11:57 p. m.  

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