La viagra femenina

Hace algún tiempo ya había hablado de la viagra, pero esta semana me he enterado de que existe la versión femenina de dicha pastillita aunque no en ese formato. Se trata de una gelatina que se aplica directamente en el clítoris y que creo que se parece bastante a las babas que tenía Alien cuando estaba a punto de comerse a la teniente Ripley.
Al igual que la versión masculina, ésta ha sido creada como terapia, pero un porcentaje muy elevado de mujeres la utilizan como afrodisíaco, y por lo que me cuentan, sus orgasmos se pueden medir en la escala de Richter, lo que está dando bastantes problemas de confusión en los observatorios encargados de la prevención de terremotos, ya que hace poco ordenaron evacuar una ciudad entera al confundir un corrimiento de tierra con el de una señorita con el chocho gelatinizado. Esto es una buena noticia que ya podían copiar aquellas culturas en la que el clítoris no se lubrica, sino que se cercena, menudos animales!!
Si esto causa furor en las mujeres ya nos puede pillar en buenas condiciones físicas o hacer trampas como ellas y echar también mano de la química, porque no sé qué me da que la meseta multiorgásmica de una tía con el potorro embadurnado de esta gelatina puede alcanzar una proporción equivalente al continente australiano, y eso es mucha distancia para una polla obligada a recorrerlo sin aflojar, en fin, a ver que sucede.

En cuanto a mis andanzas rabaneras, semana en donde he dado caña de la buena a discreción. La noche del martes dale que te pego con la divorciada con dos churumbeles, que hacía por lo menos tres meses que no me la follaba. Se marchó de mi casa el miércoles al mediodía y una hora más tarde llamada de “S” con la que quedo a las ocho. Zafarrancho de combate en casa cambiando la ropa de cama, limpiando el cuarto de baño y pasando el aspirador para eliminar pelos y olores más que recientes.
Llega “S” y me doy cuenta con horror que sólo dispongo de un condón, y lo peor es que ella sabía que yo hace diez días tenía por lo menos doce. Me debí de currar el polvo más largo de mi vida para dejarla saciada en la que pensé que me explotaban los cojones de tanto aguantar la corrida final, tuve que quitar la polla varias veces y hacer el trabajo con la lengua y así, un poquito con la picha y otro poquito con la boca ella se corrió dos veces. Al rato se quedó dormida y yo salvé una situación en la que si llega a seguir queriendo follar y le digo que no tengo gomas se iba a cabrear de verdad. El miércoles fue la primera vez que en un mismo día me follo a dos tías.
El jueves le tocó el turno a la culito respingón del trabajo. La esperé en un café del centro a las diez tomando una cerveza. Ella llegó puntual y también se pidió una garimba. Estaba habladora y se lo estaba pasando bien conmigo, pero a la vez estaba a la defensiva así que me limité a seguir el ritmo de la velada que resultó muy agradable. Al final la llevé hasta su casa y con el coche aparcado delante de su portal llegó ese importante momento de la despedida, que es un buen termómetro para medir si has hecho bien las cosas o se te ha visto el plumero. Me dio dos besos en las mejillas muy dulces en los cuales su boca rozó prácticamente la mía. Yo no intenté nada, y eso la confundió un poco, e hizo que por primera vez en toda la noche su verdadero deseo y curiosidad saliera a relucir y me comentó de una manera un poco desesperada: ¿para la semana quedamos de nuevo? Claro, ya te llamo yo, le contesté. Esta es la situación que más me gusta, le he gustado bastante y mi indiferencia va a lograr que ella hasta que volvamos a quedar piense en mí, y es más, voy a tardar días en llamarla, para que se de cuenta de que no voy a estar ahí cuando ella quiera. Esto tiene que ser suficiente para que el próximo día en vez de dos besitos inocentes sea una buena comida de boca……
El viernes no salí y el sábado probé suerte en un sitio nuevo a ver que se cocía. El nivel era medio-bajo y con una edad media del personal estimada rozando los cuarenta. Ojeé el percal y lancé mi ataque demoledor a una rubia de bote que por lo menos tenía buen cuerpo y que resultó ser de Sudáfrica, y hablándola en inglés y bailando merengue y bachata a los veinte minutos ya le había entrado al morro, comido el cuello y sobeteao el culo y las tetitas. Y como casi siempre ocurre, sus amigas españolas tocando los cojones porque para ellas lo que estaba haciendo a su amiga era tratarla como a una puta, y lograron comerle el coco para que no se fuera conmigo. Como yo no tengo necesidad de aguantar estas gilipolleces me piré de allí mandándolas a todas a tomar por culo, incluída a la surafricana.
Y el domingo estuve con “S” casi todo el día. Comimos de restaurante, un paseo como si fuéramos parejita, un par de cafés por ahí y como ahora se hace de noche tan pronto, pues nos fuimos a casa a fornicar.
Pues esto es todo, que no es poco, un saludo y………….A FOLLARRRRR!!!!!!